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Esta celebración, que siempre fue un momento para reunir a las familias de cada uno de los confirmandos, en torno a la mesa del Señor, hoy no pudo ser así. Dentro de todas las medidas que se han tomado desde el ministerio, está el distanciamiento físico y aforo para los lugares cerrados; por lo que los estudiantes sólo fueron acompañados por sus padrino o madrina y papá o mamá, respetando el número de personas que pueden integrar
Esta medida no fue impedimento para que la ceremonia estuviera llena de signos y símbolos que impregnan en los confirmandos un sello de compromiso y misión en los lugares donde se encuentren.
Les deseamos un futuro lleno de lindas experiencias que sigan fortaleciendo y acrecentando su fe, y que recuerden por siempre que en su querido Colegio Parroquial San Miguel y, a través de distintas experiencias, conocieron y aprendieron que Jesús y María acompañan su caminar por siempre.
Inmersos en esta crisis, a causa de la pandemia, compartimos una hermosa y solemne celebración. La fuerza del Espíritu Santo se plasma en los corazones valientes y generosos de nuestros jóvenes confirmados. Miramos al futuro con esperanza y confiados en el Señor de la vida y de la Paz. Estamos contentos por esta celebración que encenderá las mentes de estos jóvenes, revitalizará el amor en sus corazones y renovará la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida.
Este momento de renovación en la vida cristiana para ser testigos activos de Cristo ha sido posible por muchas personas que en han estado presente en la vida de estos jóvenes; damos gracias por ellos; en especial por sus padres que los iniciaron en el camino de la Fe.
Los confirmados quieren perseverar en su camino de Fe y contagiar a otros a seguir el camino de Cristo. Por la vida, presente y futura, de cada uno de los confirmados damos gracias a Dios.